John Muir: Explorar, venerar y conservar la Naturaleza

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John Muir es un referente fundamental del ambientalismo. Su vida y su obra muestran la devoción por la Naturaleza. Su espíritu incansable y ansias de observar y aprender lo llevaron por todo el mundo. Muir hizo importantes aportaciones a la botánica, la geología, la ecología, la filosofía y la literatura. 

Muir ha trascendido en la historia por despertar la consciencia sobre la pérdida irreparable que trae devastar la grandiosidad de la Naturaleza. Así, fue el propulsor de la conservación de lugares con un invaluable valor natural y estético en los Estados Unidos y el resto del mundo.

Infancia y juventud de John Muir

John Muir nació en la ciudad costera de Durban, en Escocia, el 21 de abril de 1838. Su padre fue Daniel Muir,  un hombre de temperamento férreo y fundamentalista presbiteriano; su madre fue Ann Gilrye Muir, aficionada a la poesía y la pintura.

John Muir fue el tercero de ocho hijos.

La infancia de John Muir fue vital para despertar en él la asombro, curiosidad y amor por el mundo natural, lo que siempre fue un rasgo distintivo de su personalidad y obra.

Su abuelo contribuyó a que el pequeño John conectara con la Naturaleza en sus paseos juntos por el campo. John Muir disfrutaba al jugar y trepar ruinas del castillo de Durban y de explorar la costa. De igual forma, el jardín familiar era un lugar asombroso lleno de vida.

Por parte, su madre fue un apoyo vital para incentivar en John su por la lectura y el conocimiento, que avivaron su deseo por conocer.

Vida en Estados Unidos

Cuando John Muir tenía 11 años migró junto con su familia a Wisconsin, Estados Unidos en 1849. Ahí, todos se dedicaron a trabajar arduamente en su granja. En esa época se encendió en Muir un gran deseo por aprender. Y al caer la noche, mientras todos dormían, Muir leía a la luz de las velas. Finalmente, su padre le dio permiso de leer durante las mañanas.

El talento y dedicación por aprender, llevaron a Muir a inventar varios instrumentos mecánicos, entre ellos relojes, barómetros, incluso un alimentador automático de caballos. Con estos inventos consiguió un premio de la feria estatal de Madison, cuando tenía 22 años. 

John Muir accedió a la Universidad de Wisconsin en 1861, donde estudió biología, geología y botánica.

Ante la eminente Guerra Civil, Muir evitó el servicio militar obligatorio, dejó la universidad y se marcho a trabajar a Canadá. Al terminar la guerra volvió  a los Estados Unidos y emprendió sus estudios la “Universidad de la vida silvestre”, Empezando un viaje por zonas vírgenes del noroeste de Estados Unidos y Canadá.

Sin embargo, en 1867, al estar trabajando en un taller tuvo un accidente que casi lo deja ciego. Este evento le marcó y dejó devastado. Su gran tormento fue pensar lo terrible que sería no volver a admirar la Naturaleza.

La manera de sobrellevar su pena, fue recordar los paisajes naturales que le reconfortaban.  Por fortuna la ceguera sólo duró un mes. Y Muir decidió dedicar el resto de su vida al estudio de la «invención de Dios». Y así, en septiembre de 1867, se embarca en un viaje de 1,000 millas hacia el Golfo de México.

Es claro que, Muir sentía un llamado interno para estar en la Naturaleza, tal como lo muestra la siguiente frase:

“Las montañas están llamando y debo ir”

John Muir

Después de explorar la zonas salvajes del oeste norteamericano, Muir se casó con Louie Wanda Strenzel, hija del Dr. John Strenzel, inmigrante polaco. Quien se había convertido en un prominente  hombre de negocios relacionados con viñedos, cultivo de cítricos, forraje y orquídeas, en Martínez, California.

Con su matrimonio Muir, asumió un estilo de vida bastante desahogado. Sin embargo, lo que a él realmente lo motivaba en la vida era explorar y estudiar lugares salvajes. Así, su esposa fue un apoyo fundamental para que siguiera sus aspiración de explorar y escribir. Por lo que, Louie Strenzel asumió el mando del negocio y del cuidado de sus dos hijas.

John Muir y la exploración de la Naturaleza

Desde niño Muir soñaba con seguir los pasos de Alexander von Humboldt. Lo que le llevó a conocer todos los continentes, excepto la Antártida. Y puede decirse que su hazaña está altura del gran explorador Humboldt.

Viaje al Golfo de México

Y en 1867 se traslado hacia Lousville, Kentuky y de ahí emprendió a pie una travesía de 1,000 millas (1,609 kilómetros) hacia Florida. Durante su recorrido, Muir escribía sus vivencias y recolectaba especímenes botánicos, lo que se convirtió en la publicación póstuma de sus diarios del viaje,  A Thousand Miles Walk to the Gulf (1916) o «Mil millas hacia el Golfo«.

En este viaje  Muir tuvo que enfrentar severas complicaciones, pues se vio al borde de la muerte por la falta de alimentos, al haberse quedado sin dinero. Y ya estando en Florida, enfermó de malaria, lo que también lo llevó a casi perder la vida.  Estos eventos desafortunados hicieron que el viaje soñado de Muir a Sudamérica quedara pospuesto.

Viaje a Yosemite y Sierra Nevada

Muir visitó por vez primera Yosemite en 1868, en una estadía de abril a junio.

Si bien conoció paisajes majestuosos de todo el mundo, el lugar que Muir más profundamente amó fue Sierra Nevada en California. Lugar que marca su vida y también su obra.

Al verse impedido de proseguir su viaje al Amazonas, Durante el verano de 1868 a la primera de 1869, Muir realiza un estudio geológico y botánico riguroso de Sierra Nevada .

Ahí escaló, exploró y estudio la región. Y siempre vivió enamorado de la belleza de la Sierra.

La llamada cascada de fuego de Yosemite se produce por un efecto del sol, la caída del agua y la claridad del cielo de Hourse Tail, puede producirse entre mediados y finales de febrero. Imagen: piqsels

Los estudios de la Sierra Nevada y las cordilleras de la Gran Cuenca de Muir abarcaron once años. Observando los bosques, la vida silvestre y el papel de los antiguos glaciales en la forma de las rocas y conformación de los impresionantes paisajes .

Viajes a Alaska

Uno de los lugares que exploró con frecuencia fue Alaska, la que visitó por primera vez en 1879. Ahí Muir pudo estudiar especialmente sus glaciales y comprobar su teoría sobre ellos.

En Alaska también pudo apreciar las auroras boreales, a las que describió como «la más gloriosa manifestación terrestre de Dios «.

Así, en honor a Muir el mayor de los glaciares de Alaska, ubicado en el Parque Nacional Glacier Bay, lleva su nombre.

Los estudios y escritos de Muir contribuyeron a despertar el interés por la zona y por su conservación.

Viaje alrededor del mundo

Muir emprendió un largo viaje de 1903 a 1904. En el tren transiberiano recorrió Europa, Rusia y Manchuria. De igual forma, conoció Shangai, Calcuta, Darjeeling, Egipto, Sri Lanka, Australia, Nueva Zelanda, Filipinas, Catón, Japón y Hawaii.

Sus viajes siempre persiguieron estudiar y conocer los lugares más emblemáticos de la Naturaleza. Por ejemplo, en su recorrido por Nueva Zelanda durante dos meses, visitó fuentes termales, géiseres y bosques; de igual forma, recolectó especímenes de diferentes plantas. Y fue precisamente la flora de Nueva Zelanda la que encendió nuevamente el interés de Muir por la botánica.

Mientras que en Australia entre los sitios que conoció se encuentra la gran barrera de coral.

Viaje a Sudamérica

De acuerdo con en el libro John Muir´s Last Journey de Michel P. Branch, el viaje a Sudamérica fue el más añorado de Muir y por el que tuvo esperar más tiempo para poder realizarlo. Pues pudo cumplir su sueño con 73 años, esto es, 44 años después de cuando lo había intentado por primera vez.

Muir salió de Brooklyn, Nueva York en agosto de 1911, embarcándose solo en un viaje de 8 meses, recorriendo más de 64,000 Km a Sudamérica y África.

Y así, hizo posible conocer arboles, plantas, pájaros y reptiles de Amazonia. De igual manera, visitó las pampas. Recorrió Buenos Aires, Chile y Uruguay. De éste último zarpó hacia Sudáfrica, vía las Islas Canarias. Arribó en Cabo Verde a mediados de enero de 1912.

Aportaciones de la obra de Muir

Ética y Estética de la obra de Muir

Para Emily Brady, la experiencia y el pensamiento de Muir manifiestan una estética medioambiental pluralista, lo que quiere decir que, expresa su apreciación desde la atención multisensorial hasta el conocimiento científico y el sentimiento religioso y espiritual. Lo que trasciende en la unión de su estética con una ética medioambiental.

“Qué generosa es la naturaleza construyendo, demoliendo, creando, destruyendo, persiguiendo cada partícula de materia de una forma a a otra, siempre cambiante, siempre hermosa.”

John Muir

Religión de la Naturaleza de John Muir

Por otro lado, para Donald Worster considerado el principal biógrafo de Muir, éste creo una religión de la Naturaleza. En una búsqueda de unión y sentido más profundo de la vida.

Hay que consider, como lo plantea Jean Daniell Collomb, que los padres fundadores de Estados Unidos se guían por valores judeo-cristianos, para quienes la Naturaleza representaba algo oscuro, dominado por el mal y que debía ser explotado en beneficio propio, para cumplir con el precepto religioso de «creced y multiplicaros».

Estos mismos valores eran los del padre de Muir, un hombre férreamente religioso, para quien no había nada que venerar en este mundo, sólo merecía la pena la vida después de la muerte.

Así que, John Muir supo superar esa visión limitada de la vida que dominaba la sociedad de su tiempo. Y lo hizo refugiándose en la Naturaleza, donde encontraba paz, libertad, conocimiento e imaginación.

En este sentido, Muir con su obra creó un movimiento contracultural contra los valores dominantes que reducen a la Naturaleza, como algo que no se debe admirar, venerar, ni cuidar, solo subyugar.

De acuerdo con Collomb, San Francisco de Asís para quien todas las criaturas merecen respeto y amor también inspiró a Muir. Pero también se nutrió de la visión del romanticismo inglés y el trascendentalismo norteamericano.

“Muir se internó en esta naturaleza buscando muchas cosas: conocimiento científico,  unidad con otras especies, un sentido del propósito y de la dirección de la vida, y una relación con Dios. Quería conocer íntimamente todas las “gentes planta”, todos los árboles y todas las hierbas. Quería comprender cómo funciona un glaciar, cómo los árboles antiguos se petrificaron y se conservaron durante millones de años, cuán lejos puede saltar un saltamontes, cómo un perro siente emociones tanto como un hombre. Creía y enseñaba que las más modestas partes del mundo natural expresan orden, gracia, inteligencia y propósito.”

Donald Worster

Es así que Muir encontró el sentido religioso de su vida en la Naturaleza.

La contemplación del esplendor de los paisajes salvajes, provocaba en Muir una gran reverencia y amor. Lo que equivalía a encontrar a Dios en este mundo.

La unidad entre todos los seres y el Universo aunque incluye una visión ecológica la trasciende hacia una visión religiosa. En la que todo en el Universo conforma una unidad:

“Cuando tratamos de distinguir algo por sí mismo, lo encontramos unido a todo lo demás en el universo”

John Muir

Y en esta unidad, todos los seres somos esenciales.

“¿Cuál criatura de las que el Señor se esforzó en crear no es esencial para la integridad de esa unidad, el cosmos?… Son compañeros terrenales, y nuestros compañeros mortales.”

Muir

Venerar la Naturaleza

Esta religión que Muir creó de la Naturaleza, lo llevan a manifestar su amor por montañas, plantas, animales, ríos y demás.

“Los pinos que me rodean en lo más alto, más alto hasta el cielo florido de estrellas, están claramente llenos de Dios. Dios en ellos. Ellos en Dios. … Oh, la infinita abundancia y universalidad de la Belleza. La belleza es Dios. ¿Qué vamos a decir de Dios que no podamos decir de la Belleza? “

John Muir

Amor por las montañas

John Muir sentía que había nacido montañista. Las montañas lo hacían sentir que realmente estaba en casa.

A well known rock formation of granite rock in Yosemite National Park CheriAlguire/ Depositphothos

Las montañas y las cuevas eran para Muir los primeros templos y tenían una mayor belleza que cualquier iglesia construida por el ser humano.

Amor por las plantas y los arboles

Muir profesa amor por todo tipo de plantas. En sus viajes por el mundo, Muir buscaba conocer de manera directa ciertas especies de las mismas.

Al parecer Muir amaba especialmente la sequoia, que habita la zona de Yosemite y que es la especie el árbol más alto del mundo, puede medir de 100 a 150 metros de altura y llega a vivir 4.000 años. Al conocerle quedó maravillado, pero también conmocionado por la tala extensiva que se hacía de él. En la siguiente cita podemos apreciar el amor que le profesa:

“El Árbol Rey y yo nos hemos jurado amor eterno,… y he tomado el sacramento con la Ardilla Douglas [y he bebido] sangre de secuoya…. Ojalá pudiera ser más arbóreo y secuoya, para poder predicar el bosque verde y marrón a todas las masas sin jugo.”

John Muir

Su búsqueda por especímenes únicos lo llevó a conocer los propios de cada lugar.

En Chile pudo conocer la aracuria.

Araucaria
Árbol Araucaria, especie admirada por John Muir en Chile. Imagen Creative Commons

Y en Brasil buscó la Victoria Regia.

Victoria regia es uno de los especímenes que Muir buscaba en la amazonía.

En sus exploraciones por África Muir quiso de ver de manera directa al árbol baobab.

Muir conoció el árbol baobab en Sudáfrica. Se trata del segundo árbol más grande después de la sequoia. Imagen: flickr

La fuerza de la palabra escrita

Los estudios que Muir realizó sobre los glaciales de Yosemite, fueron sus primeras publicaciones, que aparecieron en el periódico The New York Tribune. Así, Muir se abrió pasó en el camino de la literatura. Llegando a publicar 300 artículos y 12 libros.

Un dato curioso es que su plumilla de escribir estaba hecha de una pluma de águila que encontró en el Monte Hoffmann de Yosemite.

Influencias

Tanto su vida como su obra escrita estuvieron influenciadas por grandes personajes. En primer lugar Alexander von Humboldt quien ayudó a encender su ánimo explorador desde la infancia. Mientras Ralph Waldo Emerson, el máximo representante del trascendentalismo, junto con el poeta británico Robert Burns inspiraron su estilo literario.

Influencias a las que también debemos sumar a Henry David Thoreau, William Wordsworth y Charles Darwin.

Muir era un ávido lector y en sus expediciones a las montañas siempre llevaba libros de sus autores predilectos y también la Biblia.

En todas sus exploraciones Muir elaboraba sus cuadernos de viaje, fuente fundamental de sus publicaciones. Algunas de sus obras más conocidas son:

  • Mi primer verano en la sierra
  • Mil millas hacia el Golfo
  • Viajes a Alaska
  • Las montañas de California
  • Nuestros parques nacionales
  • La historia de mi infancia y juventud
  • El Yosemite
  • La vida silvestre del mundo
  • Las montañas de California

Además de otros libros más.

Con sus escritos Muir logró sensibilizar no sólo a la opinión pública sobre la importancia de conservar lugares naturales excepcionales, incluyendo a personajes de envergadura entre ellos al presidente Theodore Roosevelt. 

En 1901, el libro de Muir titulado Nuestro Parques Nacionales (Our National Parks) atrajo la atención del presidente Roosevelt. Y en 1903 visitó Yosemite junto con Muir, de esta relación surgieron las bases de programas pioneros de conservación. 

Entender la Naturaleza

Daniell Collomb subraya que aunque a Muir suele verse como un personaje romántico, fue ante todo un científico, que se acercó a la Naturaleza de manera analítica y racional, tratando de comprender su funcionamiento. Aunque no disoció lo científico de lo estético; la razón y la belleza van de la mano.

Estudios geológicos

Muir cultivo relaciones con personalidades de todos los ámbitos. En el académico, mantuvo relación con el geólogo, Lois Agaziz, con quien intercambia idea sobre la importancia de los glaciales, en general de la capa de hielo universal en la formación de los paisajes naturales

Por lo tanto, cuando Muir exploraba algún lugar además de buscar conocer toda la diversidad posible, siempre con una mirada científica, que trataba de entender cómo se había conformado el paisaje, cómo se encontraba en ese momento y las presiones sobre él.

Estudios botánicos

Además del paisaje, Muir siempre estudiaba la vegetación y recolectaba especímenes de todo tipo. Fue precisamente Jeanne Carr, un personaje fundamental en la vida de Muir, quien además de amar la botánica fue siempre la guía y protectora del naturalista.

De igual forma, Muir intercambiaba conocimientos con Asa Gray considerado el padre de la botánica en Estados Unidos.

Pero en sí desarrolló Muir desarrollo una visión ecológica del mundo en el cual todo organismo, aún siendo microscópico es importante. Y de igual forma, entendió la importancia de los predadores.

Conservar la Naturaleza

Los hallazgos y sensaciones de sus exploraciones en la Naturaleza que Muir plasmaba en sus escritos, fueron determinantes para defender sus ideales.

De tal forma que , Muir no se quedo en idealismo, pues su visión se concretó en la creación de un sistema de parques nacionales para asegurar su conservación.

La lucha por defender los espacios salvajes representó para Muir, enfrentarse a los intereses de la ganadería, de la extracción madedera y la minería. Pues, pudo constatar de primera mano, no sólo en Estados Unidos, sino en muchos otros lugares del mundo, la degradación que sufría el entorno natural por actividades productivas realizadas de manera descontrolada.

En 1892 junto con Robert Underwood Johnson fundaron la emblemática organización para la conservación, Sierra Club. Cuya labor sigue vigente y se ha extendido por otros lugares del mundo, además de los Estados Unidos.

Muir defendió vehemente lo que amaba. Pues no debemos olvidar que la Naturaleza es para él la manifestación de lo divido y fuente de belleza. Por lo que la manera en que es subyugada y expoliada es irreverente y egoísta por nuestra parte.

Muir consideró importante que todas las personas fuéramos capaces de admirar la Naturaleza y de esos espacios prístinos. Pues en nuestro contacto con la Naturaleza, se realza nuestra esencia humana.

«Todo el mundo necesita belleza además de pan, lugares donde jugar y rezar, donde la naturaleza pueda curar y alegrar y dar fuerza al cuerpo y al alma.»

John Muir

En esta línea, la vida y obra de John Muir han sido precedentes para otros grandes pensadores y activista ambientales, como es el caso de Aldo Leopold, Thomas Berry y Rachel Carson.

Creación de Parques Nacionales

Para Muir lo silvestre es una necesidad; los parques y reservas de montaña no sólo son útiles como fuentes de madera y ríos de riego, sino como fuentes de vida. Une una visión ecológica a la vez que espiritual.

Muir fue fundamental para que, a lo largo de su presidencia Roosevelt estableciera más 598,934 kilómetros cuadrados de bosques nacionales, 5 parques nacionales y 23 parques nacionales.

Parque Nacional de Yosemite

En 1864 Muir apreciaba alarmado el gran daño que la ganadería causaban a los delicados ecosistemas de la Alta Sierra.

En 1889, Muir llevó a Robert Underwood Johnson, editor de Century Magazine, a Tuolumne Meadows para que apreciara el daño del sobrepastoreo de las ovejas. De esta manera, Muir convenció a Johnson de que el área podría rescatarse bajo la figura de parque nacional.

Pero otra amenaza se cernía contra las hermosas secuoyas, que estaban siendo arrasadas por la industria maderera.

Para proteger los espacios salvajes, Muir tuvo que enfrentarse a fuertes intereses económicos, como la explotación maderera. Imagen: Equipo de derribo de sequoyas. Picryl

Johnson publicó las denuncias de Muir; lo que conllevó un proyecto de ley del Congreso de los Estados Unidos para crear un nuevo parque administrado por el gobierno federal en torno a la antigua concesión de Yosemite. Así, el Parque Nacional de Yosemite quedó establecido en 1890, y se convirtió en el primer parque nacional.

Y en Yosemite Muir pudo recibir a quien más admiraba, Ralph Waldo Emerson, el 5 mayo de 1871. Entras personalidades que pudieron apreciar esa belleza del lugar que tanto amaba Muir.

Además la creación de Yosemite, Muir estuvo directamente involucrado en la creación de:

  • Cañón de los Reyes (1908),
  • Parque Nacional Sequoia en California (1890),
  • Parque Nacional Glacial en Montana,
  • Reserva forestal White River en Colorado,
  • Parque Nacional Mt. Rainer en Washington (1899)
  • Monumento Nacional Gran Cañón (1908). 

Esta gran hazaña ha significado que en los Estados Unidos, Muir sea conocido como el padre el sistema de parques nacionales. Pero como podemos apreciar, John Muir es mucho más eso.

El pensamiento de Muir caló en la sociedad estadounidense para la creación una política de parques nacionales y el concepto de vida silvestre. Lo que con el tiempo se ha convertido en una tendencia internacional en las políticas de conservación de muchos países en el mundo.

Gracia a Muir se mantienen parajes magníficos y podemos aún maravillarnos de la impresionante sequoia.

La mayor batalla por la conservación

John Muir junto con el grupo de Sierra Club libraron una gran batalla, que se mantuvo por más de 10 años, de 1901 a 1923. La lucha fue defender el Valle Hetch Hetchy ubicado en Yosemite, de la construcción de una presa, para dotar de agua a la ciudad de San Francisco.

En la batalla los ciudadanos se movilizaron y contactaron con los representantes elegidos para mostrar su apoyo al proyecto o su rechazo. Sierra Club buscó involucrar al máximo número de organizaciones, quienes escribían al presidente y a los senadores.

Pero a pesar de la oposición y lucha ciudadana al proyecto, el Congreso aprobó la Ley Raker en 1913, permitiendo que la ciudad de San Francisco destruyera Hetch Hetchy, con una presa y un embalse, anegando el valle.

Esta batalla perdida propicio que las personas tuvieran una mayor consciencia de defender los parques nacionales.  Y así, de manera exitosa entre los años 50´s y 60´s , Sierra Club pudo detener la construcción de presas en el Monumento Nacional Dinosaurio y en el Parque Nacional del Gran Cañón.

De tal manera que, la batalla por el valle Hetch Hetchy fue tan solo la primera lucha del movimiento conservacionista.

La batalla por la conservación debe proseguir. Es parte de la guerra universal entre lo correcto y lo incorrecto. 

John Muir

Reflexiones finales

Muir supo tener un vida llena de tanto sentido que significó cambiar la mentalidad sobre la manera de apreciar la Naturaleza; en una época dominada por valores culturales que consideraban la Naturaleza como hostil, algo a ser dominado y sólo para beneficio del ser humano.

Muir utilizó su conocimiento y su creación literaria para despertar en otros la conciencia sobre la necesidad de parar la destrucción.

Para Muir preservar la Naturaleza, es también preservar el espíritu humano. En esta línea, al salvar de la devastación espacios de tanta belleza, contribuyó a la riqueza espiritual.

Muir fue un hombre que se puso a prueba muchas veces, que movido por su ansia de aprender y conocer no se atemorizó antes las inclemencias de estar en pleno estado natural. Un explorador en toda regla.

Su amor y perseverancia lo llevaron a luchar por lo que creyó correcto, que era preservar la belleza divina, que era para él la Naturaleza. Siendo un deber moral guiado por lo espiritual.

En los bosques Muir encontró la conexión con el Universo y la manifestación de Dios.

Muir nos dejó claro que no podemos apreciar la Naturaleza solo con una visión utilitaria. La Naturaleza tiene múltiples sentidos, uno de ellos es el sanador. Cuando Muir perdió la vista lo que le ayudó fue el rememorar en la memoria la belleza natural y el deseo de volver a apreciarla.

La Naturaleza significó para Muir una fuente inagotable de conocimiento e inspiración. Y supo hacer de ella su medio de vida, pero desde el estudio y la creación, no desde la explotación.

Adentrarse en los escritos de Muir, es tanto encontrar una religión de la Naturaleza, pero también una filosofía de la misma y que da sustento al movimiento ambientalista actual.

Muir entendió que los bosques, los paisajes, las montañas son la historia viva de la Tierra. La historia que se ha escrito a lo largo de millones de años y que los seres humanos nos empeñamos en borrar.

Gracias a Muir la noción de proteger la Naturaleza, adquiere su real significado. Pues se trata de protegerla de nuestra visión arrogante, de que su existencia solo se debe a nuestro interés y servicio.

Definitivamente, el motor de la vida de John Muir fue su veneración por la Naturaleza. Lo que le dio sentido a todo lo que hacía y, buscó compartir con los demás sus hallazgos y sus sentimientos hacia la belleza natural.

La obra de Muir creo un pensamiento contracultural a las ideas dominantes en su tiempo, que se concretó el movimiento conservacionista.

Así, la palabra conservar la Naturaleza, hace referencia a mantenerla en su estado más puro y auténtico posible; reconociendo y respetando su valor intrínseco. Todo lo contrario a destruirla y expoliarla.

La creación de parques nacionales sigue siendo un instrumento eficaz para la conservación. Al que recurren muchos gobiernos en el mundo, simplemente hay que considerar que China ha iniciado la creación de Sistema Nacional de Parques, siguiendo el ejemplo de Estados Unidos hace 100 años.

El mensaje y legado fundamental de John Muir fue que debemos admirar, amar y proteger la belleza del mundo natural. Pues de la belleza es tan necesaria como el alimento.

Fuentes consultadas

Branch, Michel P. (editor). John Muir´s Last Journey. South To The Amazon And East To Africa: Unpublished Journals And Selected Correspondence. Island Press. Washington, 2001.

Collomb, Jean-Daniel. «Cristianity to Ecology John Muir´s Walk trough America». Transtext(e)s Transcultures  [Online], 4 | 2008, Online since 15 October 2009, connection on 21 December 2021.

Ehrlich, Gretel. John Muir: Nature´s Visionary

Diaporama 21-22 Tras las huellas de John Muir en Chile

PBS. (Documental Great Masters of America): John Muir in the New World.

Hall, Colin Michael. John Muir in New Zealand. New Zealand Geographer, October 1987,

John Muir. Perfil histórico de Sierra Club.

Museum Colletion of John Muir. National Historic Site. 

Muir, John. Mi primer verano en la Sierra. Ed. Relee. 1a. edición, mayo 2018.

Museum Collection of John Muir. National Historic Site.

Worster, Donald. John Muir y la Religión de la Naturaleza. “Revista de Ciencias Ambientales Tropicales. (Enero-Junio, 2017). EISSN: 2215-3896. Vol 51(1): 92-105. 

Imagen destacada: John Muir https://picryl.com/


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