Pierre Teilhard de Chardin es uno de los grandes pensadores del siglo XX. Su obra une ciencia y espiritualidad, centrándose en la evolución continua del Universo, el ser humano y la interrelación de la vida como expresión de lo sagrado.
La obra de Teilhard puede ubicarse en el campo de la ecología profunda, al reflexionar sobre la unión entre la materia, la energía y la vida. Y, por su aporte desde la espiritualidad que reconoce una presencia divina materializada en la Naturaleza. Al mismo tiempo que, resalta la responsabilidad del ser humano en el avance o retroceso del proceso evolutivo.
Infancia de Pierre de Teilhard y la maravilla por la vida
Al igual que otros grandes naturalistas, desde la infancia Teilhard experimentó asombro por la Naturaleza y ganas de aprender sobre ella. Su padre, un gran interesado de las ciencias naturales fue una gran influencia.
Pierre Teilhard nació el 1 de mayo de 1881, en la región con volcanes extintos, en Auvergne Francia. Este lugar, según lo definió él mismo, fue su propio museo de historia natural y espacio de contacto con la vida silvestre.
En Auvergne desarrolló una gran habilidad de observación y afición por recolectar piedras como la amatista, la calcedonia, la citrina; afición que lo condujo a convertirse en geólogo.
De igual manera, desde muy pequeño Teilhard tuvo la necesidad de sentir a Dios. Y para poder hacerlo buscaba el contacto con lo inorgánico, primero disfrutaba recolectando piezas de hierro; después prefirió recolectar piedras y fósiles, representación de la consistencia, lo incorruptible y lo eterno.
Estudios y vida científica
Pierre Teilhard fue un hombre de una enorme fe y espiritualidad; en este aspecto de su vida su madre fue su mayor influencia. Así, Teilhard además de haber sido un hombre religioso, también tuvo grandes inquietudes intelectuales.
A la edad de once años ingresó Notre Dame de Mongre y después de 5 años de estudio Pierre Teilhard decidió convertirse en jesuíta. Su formación teológica estuvo influenciada por la obra “Imitación de Cristo», del místico Tomás de Kempis.
En 1899 entró en el noviciado de Aux-Provence, donde estudió filosofía. Pero, a causa de la postura anticlerical de la República Francesa, la orden jesuita fue expulsada de Francia; motivo por lo que los jesuítas se exiliaron y Teilhard se trasladó a la isla inglesa de Jersey.

En 1902, Teilhard tuvo sus primeros votos en la Sociedad de Jesús. Pero fueron la enfermedad y muerte de dos de sus hermanos por lo que Pierre Teilhard se acercó más a la vida más espiritual.
De igual forma, Teilhard también estudio literatura en la Universidad de Caen, finalizando en 1902.
Como parte de su carrera científica Teilhard viajó por varias partes del mundo. A continuación menciono algunas de ellas, que fueron significativas en la vida científica de Pierre Teilhard.
Estancia en Egipto
Egipto fue un lugar muy importante para potenciar la inclinación científica de Teilhard.
En 1905 se desplazó a el Cairo para ejercer como profesor de física e historia en un colegio jesuita; su estancia duró hasta 1908.
En en los alrededores del Cairo, el desierto, la luz, la flora, la fauna y los fósiles despertaron nuevamente el interés naturalista de Teilhard. Y en esta época inició una prolífica publicación científica e intercambio con otros naturalistas.
Estancia en Inglaterra
De 1908 a 1912, Teilhard regresó a Inglaterra para continuar sus estudios teológicos. En esta época conoció la obra “La evolución creativa” de Henry Bergson; lo que le significó pasar de la idea aristotélica de materia y espíritu a la idea de un universo en evolución.
Es así que, con la lectura Bergson Teilhard fue capaz de percibir una presencia; y, entendió la evolución más allá de la evolución biológica planteada por Darwin. Esto es, apreció que a evolución como una realidad del propio Cosmos.
Al desarrollar su pensamiento unificó la evolución con la fe católica; pero esto le valió a Teilhard la descalificación de las autoridades eclesiásticas. Pese a ello, él se mantuvo siempre fiel a la Iglesia Católica.
Estancia en China
De igual forma, la estancia de Teilhard en China fue muy importante pues mantuvo una agitada vida científica. Sobre todo, Teilhard se vincula al mundo científico de la prehistoria, la paleontología y la geología.
Entre 1923 y 1931 Teilhard fue trasladado a Tientsin, China. Ahí trabajó como consejero en el Consejo Geológico chino.
En 1930, formó parte de la expedición a Mongolia central del Museo Americano de Historia Natural.
En 1930, junto con Henri Breuil, Teilhard participó en excavación en Zhoukoudian, donde en una cueva descubrieron los restos del homo pekinensis; el cual tiene una antigüedad de al menos 700.000 años.

De igual forma, Telhard participó como geólogo en la expedición «Crucero Amarillo» orientada a redescubrir la ruta de la seda, organizada por el grupo automovilístico Citroën; realizada por el desierto del Gobi, entre 1931 y 1932.
Como parte de la gran labor científica de Teilhard en China, fue la creación del instituto de geobilogía en Pekín. Pero en 1946 los jesuitas fueron deportados de China, por lo que Teilhard tuvo que dejar el país.
Sudáfrica
Otro de los lugares de investigación de Pierre Teilhard fue Sudáfrica, donde realizó expediciones paleontológicas, entre los años 1951 y 1953.
Estados Unidos de América
Pierre Teilhard de Chardin intentó volver a Francia para vivir los últimos años de su vida, sin embargo, la autoridad eclesiástica no se lo permitió. Así, finalmente se asentó en los Estados Unidos.
En diciembre de 1951 Teilhard aceptó un puesto de investigación en la fundación Wenner-Gren para la Investigación Antropológica de Nueva York.
Y, fue unos años más tarde que la vida de Pierre Teilhard llegó a su fin, el 10 de abril de 1955, a causa de un paro cardiaco, .
Obras de Teilhard
Pierre Teilhard vivió de cerca la guerra, pues fue movilizado como camillero durante la Primera Guerra Mundial entre 1915-1919. Y a pesar de las circunstancias, inició su prolífica obra; así, durante esa etapa de su vida, escribió 18 ensayos.
Las obras que se consideran más significativas de la espiritualidad de Teilhard son:
- La vida cósmica (1916)
- Mi universo (1918)
- La Misa sobre el Mundo (1923)
- El Medio Divino (1927)
- Cómo yo creo (1934)
- El Fenómeno Humano (1947)
- El corazón de la materia (1950)
- Lo Crístico (1955)
Tristemente debido a las medidas disciplinarias que le impuso la Congregación de la Doctrina de la Fe, la obra de Pierre Teilhard no fue publicada hasta después de su muerte en 1955. Esto, gracias a la iniciativa de sus amigos en Paris, quienes publicaron 13 de volúmenes de sus escritos religiosos.
Y es hasta ahora, cuando algunos sectores de la Iglesia son más abiertos a reconocer la valía de Pierre Teilhard. De tal suerte, que algunos papas han citado su obra; entre ellos, está el Papa Francisco con la encíclica «El cuidado de nuestra casa común».
Podemos apreciar que, Teilhard a través de su obra fue un visionario. Pues fue pionero en la creación de un conocimiento transdisciplinar; además de que exploró la unión entre ciencia y espiritualidad; habló de la unidad y la complejidad de la realidad y de la vida.
Asimismo, la aseveración de Teilhard de que el Universo se mantiene en un proceso constante de evolución, ha sido constatada por la propia ciencia. Otra muestra de la gran visión de nuestro autor.
La dimensión y profundidad del pensamiento teilhariano, lo hacen vigente hasta el día de hoy. Afortunadamente, hay un extenso grupo de estudiosos que estudia y divulgan el estudio la obra de Teilhard; como es el caso de la American Teilhard Association.
Asimismo, Teilhard ha sido una influencia en el pensamiento del el «geoteólogo» Thomas Berry y el cosmólogo evolutivo, Bryan Swimme; quienes han llevado desarrollado tanto la mirada científica como sagrada de la evolución y el Universo.
Reconocimientos
El desempeñó que Teilhard tuvo durante la Primera Guerra Mundial fue reconocido por el gobierno francés, quien le otorgó el rango de oficial de la Legión de Honor.
Gracias a su arduo trabajo alcanzó un gran reconocimiento como científico. En 1937 recibió la medalla Gregor Mendel en Filadelfia. Mientras que en 1947 recibió el reconocimiento como miembro de la Academia Francesa de Ciencias.
Las aportaciones de Pierre Teilhard desde la perspectiva de Thomas Berry
Thomas Berry fue un gran admirador y estudioso de la obra de Teilhard. Y según su punto de vista , las grandes aportaciones teilharianas son:
- El libro “El fenómeno humano” que se centra en el origen y desarrollo evolutivos, es una síntesis única de los enormes logros espirituales, sociales e intelectuales del siglo XX. Y es posible que, pueda sernos una guía para el futuro.
- Lo humano es donde el universo toma conciencia y donde se expresa el punto máximo de la evolución.
- Rescata la dimensión sagrada del Universo; lo que puede considerarse en términos teológicos, el cambio más trascendente desde el siglo XVI. El Cristo cósmico de san Juan, de san Pablo y de las iglesias ortodoxas coincide con un universo emergente, nombrado como Cristo evolucionador.
- En esta línea, la historia cristiana está acorde con la historia cósmica de la ciencia moderna, pero evocando un alto sagrado que no hacen las concepciones científicas.
- Reconoce la activación de la energía necesaria para mantener la dinámica evolutiva, el impuslo para superar la barbarie, la carencia de afecto, el dolor y el sin sentido, al finalizar la Segunda Guerra Mundial.
- Creyó firmemente en la nobleza del trabajo científico, así como su cualidad mística, reveledora y su trascendencia en el proceso planetario.
Puede decirse que en el centro de la obra de Teilhard están la evolución, el Universo, la manifestación de la vida y lo sagrado.
El universo y el ser humano de acuerdo con Teilhard
Como podemos apreciar el Universo es eje fundamental del pensamiento de Teilhard. Pues un sentido de lo cósmico como el todo que nos envuelve. Una visión contraria a la que nos hace pensar que el Universo es exterior y lejano a nuestra realidad.
Tal como lo expresa Bryan Swimme:
«Teilhard fue uno de los primeros científicos en darse cuenta de que el ser humano y el universo son inseparables. El único universo que conocemos es un universo que dio a luz a lo humano”
Brian Swimme
En esta tesitura, Teilhard nos abre a entender nuestra realidad en términos tan amplios como el propio Universo. Y así lo expresó:
«En verdad, dudo que exista, para el ser pensante, minuto más decisivo de aquel en que, cayéndole la venda de los ojos, descubre que no es un elemento perdido en las soledades cósmicas, sino que un deseo universal de vivir en él converge y se humaniza. El hombre, no como el centro estático del mundo –como él se consideró durante mucho tiempo– sino eje y flecha de la evolución, lo que es mucho más bello.»
Pierre Teilhard
La evolución y la complejidad en el pensamiento de Teilhard
El conocimiento científico desarrollado a inicios del siglo XX dio origen a una nueva cosmología que describe que los átomos forman células que evolucionan y llegan a convertirse en organismos multicelulares y en formas de vida superiores. Es así que, la evolución muestra un movimiento hacia organismos más complejos y hacia una mayor sensibilidad.
Entonces, podemos entender que, la evolución se caracteriza por procesos dinámicos y autoorganizados desde el átomo hasta las galaxias.
Para Teilhard la materia está diferenciada por la pluralidad y, al mismo tiempo, es un todo interconectado por la unidad, un quantum infundido por la energía.
En otras plalabras, la evolución para Teilhard siempre implica implica unidad y una mayor complejidad. Lo que coloca a la obra de Teilhard también en el campo de la teoría sistémica.
Siguiendo esta línea de pensamiento, Teilhard expresa que, la unión es crear, crear es unir, unir es crear. Lo que conduce Dirigiéndose hacia niveles superiores del espíritu.
Fases del proceso evolutivo
Teilhard distingue tres umbrales del proceso evolutivo:
- Cosmogénesis, el surgimiento del mundo mineral e inorgánico.
- Biogénesis, cuando aparece la vida orgánica. Poco a poco, se produce una cefalización (desarrollo de un sistema nervioso más complejo) y una cerebración (cerebro más complejo) .
- Antropogénesis, nacimiento del pensamiento en los humanos. Es así que, por primera vez, la evolución puede reflexionar sobre sí misma.
El lugar del ser humano en la evolución
Para Pierre Teilhard el ser humano es el “término de la evolución biológica”. Y su trascendencia radica en el ser consciente de que sabe.
Es por esto que, los seres humanos son los herederos del proceso evolutivo. Es así que, de ellos depende su progresión o retroceso.
Así que, otro punto en el Teilhard se centra en cómo los seres humanos pueden participar más eficazmente en la creatividad continua de la evolución.
La unidad de la realidad
Para Teilhard la realidad es una y se mueve desde los polos de lo material a lo espiritual.
“Materia y Espíritu, no dos cosas, sino dos estados, dos rostros de una misma Trama cósmica”
Pierre Teilhard de Chardin
Para Teilhard el espíritu equivale a conciencia, por lo que está más centrado en lo humano.
“Teilhard ha propuesto una ley de la evolución o unión creadora considerada como auténtica revolución en la visión del mundo: la ley de complejidad-conciencia, que es la ley fundamental de toda la sistemática teilhardiana.”
Santiago Guerra
En esta unidad de la realidad, para Pierre Teilhard, ciencia y religión son “la misma cosa”, pues son la búsqueda de un mismo objeto.
Esta idea de unidad Teilhard la traslada también al destino común de la Tierra al decirnos:
«La era de las naciones ha pasado. Ahora, si no queremos perecer, debemos sacudirnos nuestros viejos prejuicios y construir la tierra … Cuanto más científicamente considero el mundo, menos puedo ver ningún futuro biológico posible para él, excepto la conciencia activa de su unidad.»
Pierre Teilhard de Chardin
Este apartado nos deja ver claramente que las ideas de Teilhard están acorde con el ecologismo, al resaltar que el planeta y los que los seres que lo habitan formamos una unidad; y, solo al considerarnos una unidad tendremos un futuro viable.
El amor y Cristo
Como buen místico Teilhard rescató la importancia del amor. Este es el que une toda la realidad en Cristo y también, genera en la creación una unión cada vez más profunda.
Teilhard tiene una visión ignaciana de «encontrar a Dios en todas las cosas».
Sobre la trascendencia del amor y el futuro del mundo, Teilhard nos dice:
«En verdad, al ritmo que aumenta la conciencia y sus ambiciones, el mundo estallará si no aprende a amar. El pensamiento futuro de la tierra está orgánicamente ligado a la transformación de las fuerzas del odio en fuerzas del amor.»
Pierre Teillard
La evolución humana y el futuro
Ante los retos que vivimos, nos dice Ursula King que el pensamiento y la visión de Teilhard, pueden enriquecer los debates contemporáneos que siguen diferentes ámbitos, desde la economía y la política hasta la educación, la ética, la paz y la ecojusticia, así como la religión y la espiritualidad, por mencionar algunas cuestiones evidentes y urgentes.
Estos debates que deberían suponer un avance evolutivo, desde la visión de Teilhard. Así, tenemos más que nunca, la responsabilidad de autoevolución. Y la pregunta que cabe es:
«¿Tiene la especie humana la capacidad evolutiva para desarrollar su vida hasta un estadio superior, para una acción verdaderamente transformadora que cree una mayor colaboración y unificación, una paz y una justicia más universales? Esta es una pregunta decisivamente crítica, ya que seguir evolucionando ya no es sólo una opción, sino un imperativo.»
Ursula King
Conocimiento transdisciplinario
Como podemos apreciar al conocer la vida y estudios de Teilhard, podemos aseverar que fue un visionario en muchos sentidos. Pues aportó una visión trasdisciplinaria para entender el mundo; pues sino que unificó la física, la química, la biología, incluyendo la geología y la paleontología.
Reflexiones finales
Pierre Teilhard de Chardin fue un gran pensador del siglo XX, que sin embargo, la trascendencia de su obra no ha sido reconocida como merece serlo.
Teilhard nos hace apreciar como el Universo, lo cósmico como todo lo que nos rodea. El Universo deja de ser así, externo y lejano.
El Universo es materia, energía y vida. Pero a la vez, desde la visión espiritual, es la manifestación de lo divino, de Dios.
De igual forma, Teilhard resalta la importancia de la evolución no ya como mero proceso biológico, sino como una realidad propia del Universo.
Teilhard no se sintió solo parte de la Naturaleza, sino del Universo entero.
Otra gran aportación que hace Teilhard en términos teológicos es, el unión de la visión cristiana con la historia del Universo; encajando del todo la explicación científica de la evolución.
Por lo que, Teilhard fue capaz de unir ciencia y espiritualidad. Siempre fue un hombre que busco el conocimiento, pero con un amor profundo a su fe en Jesucristo.
Por otro lado, es interesante encontrar visiones comunes entre dos grandes pensadores como Pierre Teilhard y John Muir; como lo son su profundo amor por la Naturaleza y su sentido de los divino, el interés por la geología y recorridos a lo largo y ancho del planeta.
Igualmente, Teilhard reconoce el protagonismo de la humanidad en la evolución, en su avance o en su retroceso.
Como hemos visto, Teilhard hace muchas aportaciones ligadas al ecologismo y al futuro del planeta y de la humanidad. En un sentido más humanista, Teilhard señala que el amor, a la unidad conformada entre el Universo, la Tierra, los demás seres vivos y nosotros mismos, es imprescindible para tener un futuro.
Fuentes consultadas
Carta encíclica Laudato Si del Santo Padre Francisco sobre el cuidado de la casa común.
Grim, John; Tucker, Mary Evelyn. Biography . American Teilhard Asociation .
Muñoz, Beatriz y Sequeiros, Leandro. Pierre Teilhard de Chardin (1881-1955) y la ecología profunda.
Tehilard de Chardin, Pierre. El fenómeno humano. Ed. Taurus, Madrid, 1967.
Imagen destacada: Vista colorida del Universo. Hubble Esa/flickr